Arte y pensamiento núbico

Un proyecto antológico itinerante de la creadora
argentina Mireya Baglietto 1980.2010



Arte y Pensamiento Núbico, miradas para un mundo, en cambio es un proyecto preparado para adaptar e instalar en universidades y otros espacios de la cultura. Tiene como objetivo, difundir experiencias y conceptos de la obra de Mireya Baglietto para ser debatidos e integrados en diversos territorios del saber.




¿Qué ven tus ojos que mis ojos no ven?
¿Qué siente tu cuerpo que mi cuerpo no siente?
¿Qué expande tu mente que mi mente no expande?


Lanzamiento del proyecto


Centro Cultural Francisco Paco Urondo
12 al 30 de julio de 2010
25 de Mayo 221 PB, Ciudad Autónoma de Buenos Aires










Programa de actividades realizadas

Lunes 12 de julio. 18:30 hs.

Presentación a cargo del Curador y Crítico de Arte Prof. Osvaldo Mastromauro.

Martes 13 de julio. 18:30 hs.
Mesa debate: Origen y despliegue del Arte Núbico.
Mireya Baglietto, Prof. Mónica Rivarola, Lic. Gabriel Lewin.

Viernes 16 de julio.18: 30 hs.
Mesa debate: Recursos naturales de la percepción.
Mireya Baglietto, Prof. Mónica Rivarola y Lic. Gabriel Lewin.

L
unes 26 de julio. 16:30 hs.
Taller para niños: La magia de construir nubes. Lic. Cristina Grillo.

Lunes 4 de octubre. 18:00 hs.
Conferencia Nuevas Miradas / Nuevos Mundos . Los espacios núbicos y la exploración de lo inusitado. Dra. Denise Najmanovich.
En el marco del Segundo
Congreso Internacional Artes en Cruce, Facultad de Filosofía. UBA.
La conferencia se realizará en el
Centro Cultural de la Cooperación.
Corrientes 1543. 3º piso. Sala Meyer Dubrovsky.
Entrada libre y gratuita.




Créditos

Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras
Centro Cultural Francisco Paco Urondo

Decano: Dr. Héctor Hugo Trinchero
Vicedecana: Dra. Ana María Zubieta
Secretaria de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil: Lic. Silvana Campanini
Directora General Centro Francisco Paco Urondo Cultural: Prof. Graciela Dragoski


Arte y Pensamiento Núbico,
miradas para un mundo en cambio

Proyecto y Dirección General: Mireya Baglietto
Dirección Técnica: Alex Fernández
Producción General y Montaje: Mireya Baglietto, Néstor Castellano
Colaboración: Alejandro Masseilot
Asistencia de Producción y Montaje: Cristian Salazar
Gráfica: Florencia Lanzelotto, Néstor Castellano
Banda Sonora: Sergio Vainikoff, Alex Fernández
Fotógrafos: Ricardo Tegni, Osvaldo Fulgenzi, Jorge Malinverni, Marta Fernández, Marcelo De
Focatiis, Milos Deretich
Video: Germán Chiodi, Luciana Zothner
Equipos de Investigación 2002 / 2010:
Juan Carlos Lasser, Lisy von Zehmen, Albert Rabenstein, Alex Fernández, Luciana del Mastro, Ariel Cusnir, Carmen Lima, Néstor Castellano, Karina Alvarez, Cecilia Francischetti, Verónica Voi, Pablo Pena, Celina Eceiza, Milos Deretich, Luciana Zothner


ampliar la mirada
sentir que se siente
trasponer culturas
volver al origen
ser el universo
repensar el mundo


La Nube
ha sido declarada de Interés Cultural por
Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires Fondo Nacional de las Artes Consejo de Paz de la República Argentina

Una búsqueda incansable

Arte y Pensamiento Núbico, miradas para un mundo en cambio, es una muestra antológica que reúne 30 años de trabajo constante de Mireya Baglietto, una creadora atípica del arte contemporáneo argentino.
La misma da cuenta de las principales etapas de producción del Arte Núbico, donde la autora transgrede conceptos del arte, modificando el juego de poder que propicia el objeto y ciertas acciones participativas, para crear una categoría que ella llama “arte de vínculos”, donde se cambia el rol de público por el de co-creador sintiente.

Obras espaciales de los años 80 y de la década del 2000, elementos inflables que respiran y se elevan, una pequeña Nube Azul para explorar la aventura del espejo y 23 paneles con textos y fotos sobre el proceso creativo, son expuestos para que los participantes puedan explorar y cotejar su propia experiencia con los conceptos vertidos por la autora.

La obra de Baglietto es indiscutiblemente atípica. Los cientos de miles participantes que la exploraron son quienes testimonian, a través de su experiencia, el alcance profundo que la obra propone y logra: ampliar los límites de la percepción para entrar en territorios propios del espíritu humano, donde no existen códigos ni creencias y donde la percepción vincula con dimensiones intangibles de la consciencia humana. Un hecho que no distingue categorías culturales ni sociales. Un arte sin fronteras que desdibuja límites, diferencias y propicia crecimiento e identidad. Extraño juego para introducir al co-creador sintiente en nuevos territorios de su propio sistema sensoperceptivo.

Para comprender el Arte Núbico es necesario exponerse a nuevas sensaciones que no tienen registro en la memoria cultural. Acá el discurso rector posee sus propias peculiaridades. Por un lado pone foco en la búsqueda de la superación de la crisis actual, por medio de la expansión de la consciencia humana, por otro en la creación de caminos de síntesis que anidan en el reservorio de la sensibilidad, donde comulgan infinidad de visiones creativas que no tienen sitio en la memoria cultural. El secreto de estos acontecimientos es el puente que crea Baglietto para pasar por encima de la estructuras del pensamiento cartesiano, que es en sí mismo rector de una racionalidad que suele excluir valores del espíritu. Este pasaje fertiliza el surgimiento de estructuras orgánicas, que por analogía con el propio cuerpo, son amigables para introducir nuevas experiencias de la sensibilidad.

La propuesta de esta artista está altamente comprometida con la sociedad y con los caminos de síntesis que propician libertad, recorridos sin dogmas ni patrones, donde el arte es sólo un vínculo para re ligar con la Creación. Hoy su objetivo es el movimiento, crear espacios que respiren y se muevan al igual que el universo y el propio organismo humano.

A lo largo de estos treinta años ha realizado múltiples espacios núbicos en ámbitos culturales de la ciudad de Buenos Aires, interior de Argentina, Brasil y España, destacándose La Nube III montada en la XVII Bienal Internacional de São Paulo y tres eventos multitudinarios en la Sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta: “La Nube 4, tu espejo del universo”, “La Trama Humana” y “Arcoiris”.

La exposición y su futuro Arte y Pensamiento Núbico, miradas para un mundo en cambio, es una muestra preparada para adaptar e instalar en universidades y otros espacios de la cultura. Tiene como objetivo, difundir experiencias y conceptos de la obra de Mireya Baglietto para ser debatidos e integrados en diversos territorios del saber.


Del Cielo de Abajo

De la presentación de la muestra Arte y Pensamiento Núbico
Centro Cultural Francisco Paco Urondo, invierno 2010

Osvaldo Mastromauro *


Mireya Baglietto es una de las creadoras más originales e innovadoras del arte argentino de las últimas décadas. Sus orígenes en cerámica muestran un primigenio interés por materiales directamente ligados a la tierra. Pero cuando se sumerge en el Arte Núbico, que le ha hecho destacar nítidamente del resto de sus colegas artistas, da un salto cualitativo. Si bien el arte se ha ido tornando más participativo -sobre todo a partir de las experiencias de Joseph Beuys-, en el caso de Baglietto se torna imprescindible la presencia activa del espectador, que no sólo completa la obra sino que la requiere necesariamente.
No tengo mejor aproximación que rememorar mi propia experiencia en la Sala Cronopios del C.C. Recoleta, que me recomendara el colega y maestro Fermín Fevre. Yo estaba titubeante en la puerta, ante un panorama distante a un tiempo que cercano de telas multicolores (que bajaban graciosamente de las alturas y volvían a elevarse en curvas y curiosas ondulaciones), cuando una señora bella y agradable me invitó a entrar. ¿Qué hay que hacer?, pregunté. Sólo caminar con cuidado -fue la respuesta-, sólo que con un espejito bajo la nariz, y recorrer la instalación.
El viaje tuvo algo de alucinatorio: tentaba con mi pie errar por entre profundos abismos, nubes de colores, paisajes insospechados y nunca hollados por pie humano. Fue un viaje breve y extraordinario.
Allí comencé a entender que Mireya probaba desarmar la percepción habitual, en tres dimensiones -la habitual euclidiana-, para rearmarla, a través de ese recorrido, en formato n-dimensional. Con más ciertos condimentos que se tornaban parte de esa errancia: el distendido placer de flotar entre nubes, mientras debajo desfilaba un mundo increíble. Me parece apropiado parafrasear al Maese Eckhart: “Lo que arriba, igual abajo”.

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Cuando Mireya focaliza en la intangibilidad de su arte, toca fuertes puntos conceptuales, entendido esto como temáticas que exceden el terreno de las artes plásticas, pero que ésta incluye cuando el artista incorpora en tanto “campo de estimulación sensorial”. Una de las tantas lecturas que su obra-instalación propone es la deconstrucción del armado senso-motriz, cuya estructura no es sólo la que se percibe inmediatamente, sino subsidiariamente simbólica. Si a ello le sumamos la música que envuelve la atmósfera creada, y la sensación de inusual movimiento que implica la idea de pasaje, obtendremos una acotada aproximación a la completitud que dicha experiencia provee.
En definitiva, Mireya transforma su obra en una gran epopeya, donde, sin narrarlo, suscita estados posibles del alma a través de la intervención activa del contemplador.
Sinestesias mediante, reúne lo mas osado y rupturista del arte occidental (los tajos de Fontana, el especial azul y la corporalidad de Ives Klein en sus cuerpos, al citado Joseph Beuys, la fineza y profundidad de Kurt Schwitters y sobe todo Paul Klee), con experiencias de meditación provenientes de Oriente, que son proclives a la calma y a la sensación de ingravidez.

No es casual este paralelismo entre el pensamiento-vida de Oriente (con citar a Confucio [Kunt-Tseu] o Lao-Tse alcanza), y la mística de y en Occidente: (Maese Eckhart, Hildegard Bingen, Jakob Bohme o San Juan de la Cruz, representados en formato equivalentemente visual por el Beato Angélico, o Piero dalla Francesca, éste último con su ciudad ideal.
El espacio se articula no en forma separada del tiempo -visto como duración- sino que se integran en tanto experiencia única. Es además participativo: al respecto recuerdo como ejemplo la colaboración de Juan Carlos Lasser y Lisy Von Zehmen, cuyas obras exceden también los marcos formales preexistentes.
Muestra lo que mi amigo el músico y poeta Juan Noel Mazzadi llamaba “El Cielo de Abajo”, pues pone esa magnitud al parecer inalcanzable bajo la nariz de cada uno de nosotros: partiendo del humus, eleva la condición humana al Éter y la devuelve al Origen.No nos resta más que agradecer esa intercesión que ella realiza amorosamente, acercándonos muchos mundos y cielos posibles, reuniéndolos en el nuestro de cada día, en el cual transitamos cotidianamente sin percibir la infinita riqueza de todos los mundos posibles contenidos en éste único.

* Director Museo Nacional ”Casa de Yrurtia”, Miembro Consultivo CONEAU, Crítico de Arte free lance, dicta seminarios y conferencias. Profesor en Filosofía, (UNLP) ejerció en UNLP, UNMdP, UTN e IUNA. Consejero Electivo AICA 1997-1998 / 1998-1999. Curador Nacional e Internacional. 1er Premio ADEPA “Artes & oficios” (DIB), Mención de Honor AACA. Director Revista de Artes Dedalus. omastromauro@gmail.com

Nuevas Miradas - Nuevos Mundos
Los espacios núbicos y la exploración de lo inusitado
Denise Najmanovich *


Decía Proust, con inmensa sabiduría y no menos gracia, que el desafío “no consiste tanto en encontrar nuevas tierras sino en ver con nuevos ojos”. He degustado esta frase durante años y siempre me ha ofrecido nuevas aristas, mostrado otras facetas... hasta que un día se abrió una perspectiva inusitada: la renovación de la mirada es capaz de generar territorios insospechados.
En el espacio núbico de Mireya Baglietto un espejo basta para reinventar el mundo. Lo cotidiano se vuelve mágico. Caminar deja de ser una actividad automática, nuestro mundo de experiencia se abre para explorar y albergar posibilidades inusitadas.
Para algunos será solo una situación grata o sorprendente, pero también puede ser un acontecimiento mayúsculo, un punto crucial que nos permite repensar nuestra forma de ponerle el cuerpo al mundo, de darle sentido, de percibirlo y también de incluirnos en él. La experiencia núbica lleva implícita la posibilidad de empezar a darnos cuenta que no hay allí un mundo independiente sino que en cada momento se va gestando merced a nuestra actividad.
Paradójicamente, es un espejo el encargado de romper el espejismo de la representación especular. Al ser utilizado de una manera diferente a la tradicional genera un nuevo enfoque del mundo y, al mismo tiempo, evidencia nuestra participación en el proceso. En cierto sentido, podemos decir que aprendemos a caminar nuevamente, a percibir el mundo y a nosotros mismos de un modo diferente: las certezas se evaporan, como las almas en el río de Heráclito, y tenemos que aprender a orientarnos según otras cartografías, ensayar modos ni siquiera soñados para poder lograr desplazarnos en un espacio que hasta un segundo antes dábamos por “evidente” y ahora tenemos que aprender a percibir.
Decía Edmond Jabes: “Si se me preguntara cuál, de entre todos los misterios, es el que permanece por siempre impenetrable, yo respondería sin dudar: La evidencia". Sin embargo, nuestra cultura vive intoxicada con supuestas evidencias, adorando unos datos que supone objetivos (como si algo en el mundo fuera un dato en sí mismo y no para alguien en función de alguna pregunta o problema). La experiencia núbica, restablece la posibilidad de un encuentro sorprendente con el mundo, con uno mismo y nos permite experimentar la inextricable conexión del ser humano con el ambiente del que se nutre y que es también producto de su actividad.
Más acá de la claridad cartesiana, una forma nueva pugna por salir. No hay espectadores en los espacios núbicos, todos somos partícipes de un mundo que en cada instante está por advenir.

* Epistemóloga. Doctora por la PUC-San Pablo. Master en Metodología de la Investigación Científica. Profesora de Epistemología del Doctorado Interdisciplinario de Ciencias Sociales UNER. Trabaja en temáticas relacionadas con el enfoque de la complejidad, los nuevos paradigmas, y las redes. Ha publicado entre otros libros: “Mirar con otros ojos. Nuevos paradigmas en la ciencia y pensamiento complejo”. “Epistemología para principiantes”. “El juego de los vínculos. Subjetividad y Redes: figuras en mutación” y numerosos artículos en revistas nacionales e internacionales.
denisenajmanovich@yahoo.com.ar www.denisenajmanovich.com.ar

Oxigenar el pensamiento

Sí, hay que sacar la gravedad, me repetí una y otra vez. Porque con sólo sacar la gravedad -energía gravitatoria- se puede cambiar de un plumazo la vieja concepción tempo-espacial que desde hace cerca de 500 años domina nuestro sistema occidental de comprensión del mundo. Una y otra vez me pregunté: ¿Sacar la gravedad? ¡Por favor, qué disparate! Sin embargo, a los pocos días me encontraba sumergida en los comienzos de una profunda investigación que me llevaría a la creación de insólitas aventuras espaciales.

Por favor… busque un espejo que pueda sostener entre sus manos, colóquelo debajo de sus ojos enfocando al techo… y luego recorra libremente su casa. Allí brotará lo desconocido dentro de lo conocido, el universo simultáneo, ambivalente y fértil de su propia percepción. ¿Será ésta una antesala para replantearnos la convención reductiva heredada del espacio tiempo?


Oxigenar el pensamiento

Mil veces me he preguntado cuándo nació esta historia que en el tiempo me llevara a construir Nubes para movilizar consciencias.
E
s probable que fuera cuando siendo muy chiquita me enteré que la tierra se vendía o tal vez cuando me di cuenta que en la especie humana existían varias razas, o quizá sucedió cuando en 1980 un gen travieso y juguetón me convocó de urgencia a “sacar la gravedad”.
En verdad no lo sé, aunque sí tengo certeza que todos estos instantes puntuales y esclarecedores, fueron armando un cauce para reconocer el valor de las diferencias y la relatividad de las creencias de nuestras múltiples culturas.
Desde ese cauce fue fácil darme cuenta que a nivel humano no hay verdades sino sólo miradas diferentes y que todas ellas enriquecen la mirada de conjunto. También fue fácil reconocer que entre los millones de miradas y creencias, algunas enfocan la historia y otras la prospectiva, algunas surgen de visiones fragmentadas y otras valoran la unidad, el conjunto y la interdependencia entre los seres, el planeta y la galaxia, como camino para acceder a la supervivencia humana.
Hoy por hoy, y en pos de esta supervivencia, somos muchos quienes vamos echando mano a todos los recursos que se ofrecen desde el arte, la ciencia o la espiritualidad para acceder a nuevos planos del conocimiento, siendo el arte, por su ingrediente libertario, un camino de marcado privilegio.
Como artista asumo esta realidad y me hago cargo de un viejo refrán que dice “No le regales un pez, enséñale a pescar”. Por ello propongo brindar instrumentos para ampliar la mirada, renovar perspectivas y reencontrar horizontes, y así comprender lo que aún no tiene forma ni existencia en la memoria. Mi intención es aportar razón al corazón y corazón a la razón, como una manera posible de oxigenar el pensamiento.

Miradas para un mundo en cambio

La Nube es un discurso crítico sobre la ontología, sobre la relación del hombre consigo mismo y con los demás por medio de una "mise en scene” de mecanismos que estimulan la percepción. Todo es relativo en La Nube, excepto la conciencia de ser del espectador-actor.
La crítica sobre la razón sensorial desemboca de este modo en una apertura poética tanto más ilimitada y flexible cuanto que no se siente como un fenómeno de cultura sino como una motivación existencial.”


“La relativización generalizada del sistema expresivo, el espacio sin gravedad, la ruptura de la perspectiva producida por el reflejo del espejo individual, el desequilibrio sensorial y sus consecuencias sobre la conducta y la sensibilidad del público que participa, desembocan en la apertura de un nuevo estilo.”

...................................................................................Pierre Restany, 1988



Miradas para un mundo en cambio

Desde la ciencia contemporánea el tiempo y el espacio no son separables, como no son separables los seres humanos de la naturaleza ni las partes del todo. Sin protesta, sin dogma y casi sin memoria, propongo una experiencia de atemporalidad dinámica, una vuelta al origen y al principio de unidad fuera de la concepción cartesiana del espacio-tiempo. De este modo busco transponer 500 años de dualidad y fragmentación que han atomizado al ser humano y al planeta.
Los Espacios Núbicos no son objetos de arte ni instalaciones, tampoco espectáculos ni exposiciones, son caminos intangibles y mágicos donde el público participante amplía su caudal creativo desde la estructura dimensional que percibe su propio cuerpo. La verdadera obra es su vivencia como co-creador sintiente.
Transitando estos espacios de dimensiones desconocidas, el participante abre puertas a la esencia del si mismo, donde no existen conceptos, tendencia, ni valores… ni siquiera existe el hoy. Dentro de estos territorios uterinos el ser se vincula al origen en una instancia anterior a las construcciones propias del sistema occidental y hegemónico de percibir el mundo.
Para que esto ocurra, desarmo la mirada monofocal, aquella cuya perspectiva aplastó y sigue aplastando al mundo para reducirlo a un simple plano, objeto de consumo y manipulación. En su reemplazo creo ecuaciones polisensoriales de estimulo y percepción que amalgaman conceptos de onda + velocidad + atemporalidad + espacio + sentidos + corazón, instancias iniciáticas que, en profunda comunicación con uno mismo, relacionan con la matriz del ADN.
Cientos de metros cuadrados de telas desplegadas + un espejo manual que transforma la gravedad en ingravidez, a la par que libera la mirada, son los catalizadores de la propuesta. La virtualidad que provoca el espejo traspone los límites ordenadores de la mente para acceder a experiencias exploratorias que aúnan ciencia y espiritualidad en nuevos lenguajes pluridimensionales.
Un arte sin mercado, aplausos ni popes, una síntesis sensible que propicia consciencia y libertad.

La Nube: El arte como libertad

Arturo Álvarez Sosa*




Más allá de la abstracción, ya casi fuera de la tradición masculina del arte moderno, que hizo de la negación su fuente de destrucción del significado, Mireya Baglietto, con la preñez de La Nube, alumbra un proceso de creación carnal que nos reintegra con la esencia femenina del mundo: la unión, la comunión, la comunicación. Nacida para dar a luz, entrega su creación a la vida y no a la locura autodestructiva.

Así, en este espacio plástico en movimiento, el fin de la actividad artística no es la obra sino la libertad, como diría Octavio Paz. Es un espacio en el que sentimos otro espacio. Y este despertar cósmico es un momento de convergencia que florece como la obra de arte plural, en virtud de la permutación y la combinación. El arte como fiesta, juego, ritual: un arco iris de percepciones que se recrean sin cesar.
Por este camino, que se hace al andar, el placer de los sentidos se convierte en un acto de recreación permanente y el espacio en un mecanismo vivo de transformación. Desaparece entonces, la turbación de tener un cuerpo, y la imaginación no encuentra obstáculos a su movimiento de calidoscópicas proyecciones plásticas.
Transparente como el agua y el mundo, este sistema laberíntico de sensaciones, precipita el auto conocimiento personal en la realización de una obra hecha por todos que se sostiene, frugalmente, gracias al cambio en medio de las incertidumbres y las ansiedades.
Casa de Felicidad, espacio sin tiempo donde se anticipan los terrores y las alegrías del largo viaje que la humanidad está iniciando ahora, hacia el corazón de los espacios siderales.
Informal como el Tao, La Nube de Mireya Baglietto borra la distinción entre autor y contemplador al generar, simultáneamente, todas las afectividades intemporales que sostienen nuestros cuerpos en el éxtasis de la multiplicación visual de los espejos.
Mandala, estructura sagrada penta dimensional, donde la vida se reconcilia con la muerte y el cuerpo con la mente; el espíritu con la materia, como partes interdependientes de la naturaleza, de la cual la humanidad está brotando como una flor de sueños: la plenitud del nosotros compartido en todas las dimensiones del ser.
Obra abierta, inacabada como un manantial inagotable, esta experiencia artística es mayor que la suma de sus partes, las cuales al transformarse mágicamente a través de nuestros ojos, oídos y tacto, en la simultaneidad oceánica de los sentidos, nos revelan en su nueva totalidad que estamos relacionados vitalmente con las infinitas formas de la energía en la recomposición continua de la arquitectura inefable del universo

* El poeta Arturo Álvarez Sosa nació en Tucumán, ciudad donde reside. Publicó El Errante, 1960; Nacimiento del Día, 1963; Estado Natural. 1974; Cuerpo del Mundo, 1979; Campo de Creación, 1982; Aguaviva, Premio Poesía Fondo Nacional de las Artes, 1987; Fulguraciones, 1989; RAM, 1991; Multiverso, 1999; Antología poética, Poetas Argentinos Contemporáneos del Fondo Nacional de las Artes, 2007; 200 Años de Poesía Argentina, Alfaguarda, 2010; y Tu Cuerpo es el Mundo (Fábula del Ciborg y Galatea), 2010.
alvarezsosa@arnet.com.ar

Tercer Milenio / Actitud Baglietto

Miguel Ángel Rodríguez *


La Nube
, de Mireya Baglietto, manifiesta la existencia de inquietudes espirituales de orden superior. A una cuidada y minuciosa construcción de entornos transitables, hemos de sumarle el propósito de gestar vivencias significativas y transformadoras en quien experimente sus creaciones.
La totalidad de manifestaciones y experiencias estéticas desarrolladas desde 1980 (La Nube, Arcoiris, La Trama Humana, así como Encuentros, Rituales y Ceremonias) indican la clara y anticipada visión de conceptos trascendentes y fundamentales, presentes en reflexiones e interrogantes que científicos y teóricos formulan hoy en día.
Modos de explorar silenciosos que relacionan y sistematizan estructuras, pensamientos, construcciones y deconstrucciones, empapan sus obras. Hondas consideraciones sobre los empleos de la memoria, e incluso, cuestionamientos saludables al ejercicio desmedido de la razón, posicionan a esta artista en la activa contemporaneidad del pensamiento vivo, en consonancia con autores fundamentales de la epistemología del último periodo del siglo XX, como Fritjof Capra o Ilya Prigogine, por ejemplo, quienes dan cuenta de la fecundidad de los nuevos paradigmas que impulsan las corrientes intelectuales de los principales centros académicos.
La condición abierta de estos trabajos fomenta, en todas las personas, el interactivo juego de la interpretación. Niños y adultos extasían sus percepciones, enriqueciendo la reflexión que cada individuo construye de sí y de su entorno. Los complejos sistemas relacionales que Mireya propone provocan la superación de la imagen, traspasando la bidimensionalidad del plano. Intensas y medulares sensaciones experimentadas sugieren replantear, incluso, el concepto mismo de dimensión. Temáticas tan actuales como clásicas, al igual que difíciles de asir, se visualizan sencillas, simples y comunicables. Tiempo, materia, orden y caos, por mencionar algunos nodos insustituibles en las acaloradas discusiones mantenidas por filósofos y cosmólogos, son vividos por los participantes de estos eventos estéticos. Las referencias temporo-espaciales desaparecen, la gravidez real es sustituida por ingravidez virtual y nuestra psique regresa a situaciones primigenias saludables y reconfortantes.
Este poderoso regreso introspectivo nace de sintonías plenas con redes e hipervínculos. Aquí la empatía es doble. Por un lado, y a través de un espejo colocado a la altura de la nariz, conectamos con multiversos de sensaciones holísticas, al igual que con frecuencias interactivas generadas por los demás participantes. Por otro lado, los implícitos y explícitos diálogos con las nuevas teorías evidencian potenciales nexos entre las personas y los sistemas intelectuales del mundo actual.
Mireya comprendió, hace décadas, la crisis del humano contemporáneo. Desde entonces propone alternativas frente a la mera expectación. Su arte presupone participación mayor del sujeto, considerándolo protagonista irremplazable, valioso en su indivisibilidad irrepetible. Lo suyo es un mensaje humanista. Escuchémosla. Dialoguemos con el presente infinito.

* Investigador independiente sobre arte e historia social de la cultura
antialeph@yahoo.com.ar

30 años y una meta

“...y son las puertas de nuestro mundo interno, que se abren majestuosas y humildes, densas y leves, sombrías y luminosas, para comprender aquello que aún no tiene forma ni existencia en la memoria.”


30 años y una meta

En 1978, Mireya Baglietto interrumpe su exitosa carrera de ceramista en respuesta a profundos cuestionamientos sociales y espirituales sobre el origen y futuro de la humanidad. En 1980 inicia un nuevo camino que la llevará a la creación de
La Nube, un espacio plástico de percepción polisensorial que estimula todos los sentidos con la intención de provocar una incidencia sensible en el sistema de comprensión.
Con el transcurso del tiempo La Nube va transformándose hasta convertirse en lo que hoy es, una obra emblemática del arte contemporáneo argentino, cuya característica esencial radica en la profunda capacidad de interacción que provoca en el publico participante quien, por medio de un espejo, libera la mirada convirtiéndolo en un co-creador activo de nuevas percepciones de ingravidez e inmaterialidad.
A partir de un espacio existente, La Nube se “construye” con telas tratadas plásticamente que cubren techo y paredes. Las telas caen por gravitación configurando estructuras de carácter orgánico, que sin ser figurativas tienen analogía con la naturaleza. Estas construcciones arquitectónicas, se complementan con estímulos sonoros y lumínicos que provocan experiencias desconocidas por la consciencia ordinaria, imposibles de expresar con la palabra. La “magia” de entrar en esos territorios es provocada por un espejo que cada participante recibe para recorrer la obra. A las múltiples versiones de La Nube se suman otros espacios de características análogas tales como La Trama Humana, Arcoiris y los actuales espacios cinéticos.
En el Arte Núbico, todo es muy simple y a su vez complejo, tal como pudo ser el tajo que Lucio Fontana hiciera en la tela con el propósito de tocar el espacio, o como el salto al vacío que Ives Klein diera con la intención de trascender la condición humana. Asimismo es tan espiritual como el vínculo con la materia que creara Paul Klee y tan comprometido socialmente como las acciones públicas que llevara adelante Joseph Beuys. El Arte Núbico tiene una cierta aproximación a los propósitos de Lygia Clark y Helio Oiticica, porque como ellos, destaca la sensorialidad, la participación y el espacio.
La experiencia núbica ubica a la propuesta en una nueva función del arte, categorizando a la percepción y a la imaginación como actos de creatividad capaces de generar tantas obras como participantes las recorran. El Arte Núbico es intangible, sin embargo la resonancia pública y a su vez intimista de la aventura que se vive desde la virtualidad del espejo, muestra a este hecho estético como un instrumento capaz de avanzar hacia la ética de lo inconcluso, de lo revulsivo, de lo transformador, proponiéndose como continente fértil para el despliegue y evolución del espíritu humano.
Hoy, como hace 30 años, la meta sigue siendo provocar apertura en las consciencias, para una mayor comprensión y desarrollo no dogmático del pensamiento y la espiritualidad contemporánea. El método, la experiencia multidimensional que propicia la ingravidez. Las “materias”, la mirada y el espacio atemporal.
“ARTE NÚBICO, miradas para un mundo en cambio” es una muestra a instalar en universidades y otros espacios de la cultura. Tiene como objetivo difundir experiencias y conceptos de la obra de Mireya Baglietto para ser debatidos e integrados a diversos territorios de la cultura.


Comienzo del proceso creativo / 1980

¿Qué me pasa?

Un día, a comienzo de los 80, el piso se borró bajo mis pies. Todo se transformó en interrogante: el misterio, las viejas certezas, la mirada y lo mirado, los procesos y las obras, las dimensiones mensurables y las no mensurables, el sentido y el no sentido, el aquí y ahora y la eternidad. Un sentir indescriptible me colocó en un espacio nuevo, que era, al expresar de Salvador Pániker “… un agujero virtual, una nada fértil, que contiene el caos que contiene el orden”. Esa movilización casi infinita me plantó frente al campo inimaginable de la creatividad pluridimensional donde no existen las coordenadas que rigen nuestra cultura occidental ¿Cómo? Si, en esos territorios no existe la gravedad.



Y así fue…

Poco tiempo antes, el objeto, leit motiv de mi ser artista, se había estrellado contra el piso haciéndose añicos en su fastuoso protagonismo.
Con esta caída se modificaba simbólicamente la caída del consumo, del dinero, del poder indiscriminado de la razón sobre la intuición, del pensamiento sobre el sentimiento, de la materia sobre el espíritu y de otra gran cantidad de factores que día a día someten y degradan al ser humano desde el anonimato de un poder perverso y discriminatorio. En su estallido, el objeto dejaba lugar al espacio, al espacio que me habita y al que habito desde las paredes de mi casa, de mi país, del planeta, del universo.
La inquietud me llevó a crear espacios que a su vez movilizaran la participación creativa de los otros, espacios desencadenantes de acciones nuevas, de mundos y universos donde el participante percibe su propia creatividad de percibir. La necesidad de dar curso a este cúmulo de inquietudes me hacía volver una y otra vez a la investigación, a mis trapos colgados del techo, o tirados prolija y desprolijamente por el piso; a las tensiones que se generaban entre mi cuerpo y las telas a través de simples movimientos. Mi viejo taller de escultura, cerámica y pintura se convirtió en un laboratorio para el desarrollo de la percepción. Día a día el blanco aparecía con más y más posibilidades.
Densidades, tramas, transparencias, direcciones e infinidad de variables plásticas comenzaron a organizarse con un lenguaje propio, cuyos contenidos estaban implícitos en el lenguaje mismo. Al poco tiempo se sumaron los espejos. Espejos para contemplar el cielo, para reconocer la mirada. Espejos para explorar lo opuesto y complementario de la propia mirada creativa. Espejos para desarticular el espacio y encontrar en mi ojo las formas que existen y a su vez no existen en la "realidad ordinaria". La virtualidad del espejo me dio herramientas prácticas para comenzar a cumplir el viejo sueño de quitar la gravedad.
Poco a poco las telas se convirtieron en los muros de mi estudio, en el continente de las obras que ya nada tenían que ver con los objetos pintados o esculpidos. Las nuevas obras fueron lisa y llanamente la respuesta vivencial y sensorial de todos y cada uno de los protagonistas que transitan el espacio creado.
La resultante final fue y sigue siento un profundo y poderoso compromiso con los cambios que abren a nuevas visiones del mundo, con los estímulos para abrir conciencias en los territorios individuales y sociales. Un arte que acaricia los sentidos y aproxima a una comunicación directa y sensible con la Creación. Fue muy bueno darme cuenta de que el mundo es una construcción de la mirada y como tal susceptible de ser modificado.


Principios y valores del arte núbico

Doce principios generadores del arte núbico

Percepción del espacio
Activación del eje de identidad
Desarrollo del tiempo interno individual
Desarrollo de la mirada protagónica
Colaboración al encuentro de nuevas dimensiones
Consciencia de pertenencia al planeta
Desarrollo de vínculos intra, inter y transpersonales
Valoración de lo efímero
Valoración de lo virtual
Valoración de lo fluyente
Valoración del caos como parte del proceso del génesis
Estimulación del crecimiento ofreciendo contención


Doce valores a desarrollar

Reprogramar el dial de la existencia
Promover la identidad prístina
Desarrollar la identidad Terranáutica
Contactar el orden natural para comprender la naturaleza del orden
Desplegar nuevas claves de la comprensión
Desplegar nuevas dialécticas de síntesis
Destacar la condición de nuestro ser co-creador sintiente
Desarrollar la lectura simultánea aquí / ahora / eternidad
Acceder a los mundos cotidianos no manifiestos
Contactar la reversibilidad de los valores establecidos
Ampliar los límites ordenadores de la mente
Sintonizar valores que aún no tienen forma

Un vínculo innombrable

“Es bueno tener un atajo para comprender desde el cuerpo,

aquellas síntesis que los vericuetos de la razón no pueden recorrer.”


El Arte Núbico tiene como objetivo la apertura de aspectos profundos de la creatividad humana, aquellos donde el ser se re-liga con sí mismo, la sociedad y el universo. Tomando como referencia el análisis que Paul Klee hace de la creatividad, es posible observar que a diferencia de otras manifestaciones del arte, donde el leit motiv es la creatividad expresiva (segunda etapa del proceso creativo), el AN trabaja en la movilidad perceptiva, vale decir en la 1º etapa del proceso: la pre-creatividad, suma de instancias donde la percepción y la imaginación se despliegan para provocar una gran movilización. Esta es una etapa profundamente conocida por los artistas, sin ella no sería posible intuir, imaginar ni percibir la energía creativa que luego hará posible la realización de obras y proyectos.



Etapas del Proceso Creativo según Paul Klee



Pre-Creatividad: movilización previa del creador. Creatividad: concreción manifiesta de la obra o idea. Re-Creatividad: aquello que la obra o idea provoca en los demás. Cuando el proceso creativo es amplio y profundo, el circuito se torna recursivo y resiliente generando una progresión geométrica con resultados impredecibles.



El arte como vínculo con la creación



Desde la propuesta núbica el arte no se traduce en el desarrollo de objetos sino de vínculos sensibles que nos religan con la Creación. La persona, el espacio y la materia interactúan para dar origen a nuevos circuitos creativos, los que pueden ser aplicados a distintas disciplinas y ámbitos profesionales. La activación de estos vínculos se potencia cuando se relativiza la convención del espacio cartesiano que da lugar al pensamiento lógico y a su vez se acrecienta la percepción y la imaginación creadora por medio de la sensibilidad y el compromiso corporal.



Cualidades vinculantes entre la persona, el espacio y la materia / Relación PEM


El AN trabaja en la primer etapa del proceso creativo: la pre-creatividad y lo hace estimulando la percepción dentro de un circuito de interacción entre la persona, el espacio y la materia. Las condiciones de esta nueva gestalt surgen a partir de una modificación radical de la mirada que desacomoda el punto de encaje desde el cual pensamos, sentimos y actuamos en el mundo. Vista oído y tacto son estimulados por medio del espacio y la materia.


Desde una actitud dinámica, la persona despliega su percepción y activa su imaginación creativa. La vivencia se produce dentro de un EN o bien participando de un grupo humano dispuesto a recibir estímulo y contención. El movimiento corporal y el uso del espejo manual renuevan los puntos de vista de la realidad ordinaria, dando lugar a nuevas percepciones tempo espaciales que facilitan la mirada prístina e incontaminada.




La arquitectura del EN está estructurada desde una concepción orgánica y a su vez no remite a la memoria cognitiva. Por medio de un espejo se produce la integración de los propios espacios internos con el espacio externo. La experiencia de ingravidez moviliza el punto de encaje de la realidad ordinaria. La percepción del espacio es la detonante esencial en la renovación perceptiva.




La materia utilizada para la construcción de un EN es tratada antes de la generación de las formas. La mayoría de los materiales cuelgan del techo por simple gravitación. Mediante el uso del espejo manual se invierte la perspectiva provocando sensaciones de ingravidez y atemporalidad dinámica. Telas de algodón y films sintéticos son tratados por medio de texturas, pliegues, colores, transparencias, luces, sombras y demás cualidades propias de las artes plásticas.

La mirada, lo mirado y la implicancia

¿Qué ven tus ojos que mis ojos no ven?

¿Qué siente tu cuerpo que mi cuerpo no siente?



La mirada es una acción que nos compromete con la vida. Desde esta perspectiva la mirada no sólo proviene de la visión sino también de la sensibilidad. La mirada que establezcamos con el espacio determina en gran medida nuestra condición de estar escindidos o implicados en todas las manifestaciones de la naturaleza, ya sea interna (nosotros mismos) como externa (sociedad, naturaleza, planeta, universo).

















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Máxima creatividad

Los dos hemisferios cerebrales



La razón y la sensibilidad provienen de diferentes hemisferios cerebrales. La interacción de ambos provoca el desarrollo de la máxima creatividad. Nuestra cultura occidental ha valorado durante varios siglos la primacía de la razón sobre la sensibilidad, relativizando y o desatendiendo el valor de la percepción, imaginación, intuición y premonición como cualidades de la inteligencia.







Relación Espacio / Vida



La concepción que tenemos del espacio está íntimamente relacionada con la concepción de la vida. La libertad con que conducimos nuestra mirada hacia lo íntimo, circundante, infinito y eterno permite situarnos en nuestro propio modo de relacionarnos con la Creación.



Una arquitectura para el alma / UAPEA.



En 1995 Baglietto instala la primera obra UAPEA interviniendo totalmente el Espacio Giesso. Poco tiempo después realiza otra puesta en el Centro Cultural Eugenio Virla de la Universidad Nacional de Tucumán. En 2001 transforma el noveno piso del Teatro General San Martín creando la sala de conferencias Punto de Encuentro para el III Festival Internacional de Teatro en Buenos Aires.


La relación del arte con el buen vivir

Se trata de la creación de ambientes arquitectónicos “blandos” que transforman el hábitat en “continentes”. Análogos a la morfología de la naturaleza, tanto interna como externa, estos ambientes propician tranquilidad y bienestar.En algunos casos se realizan transformaciones totales del espacio original y en otros se modifican sólo algunos muros o insertan grandes planos pictóricos llamados Habitantes, que exceden los límites habituales de un cuadro.Por medio de recursos propios del arte núbico, como telas tensadas, pequeñas Nubes, almohadones, mesas pictóricas y otros “objetos” diversos, se crean contextos que forman parte de la vida cotidiana, de la empresa. Algunos quedan permanentes y otros sólo perduran por un breve período o por un evento.

Encuentros / Ceremonias / Rituales / Docencia

El Arte Núbico es un camino de síntesis para la apertura de la comprensión. Las acciones que propicia son netamente participativas y la verdadera obra es la experiencia vivencial de los llamados co-creadores sintientes.
En todas estas acciones participativas la primera consigna siempre es el contacto sensorial con la Madre Tierra, con uno mismo y el universo, para reconocer que estamos vivos y compartiendo el mismo espacio con todo lo existente. Desde este lugar, se estimulan las cualidades naturales de la percepción e imaginación por medio de la palabra y el uso de elementos mediatizadores, tales como telas, piolas, papeles, luces, música, sonidos, visores, marcos y espejos. Estos elementos se trabajan “antes de la generación de las formas” a fin de no apelar a la memoria cultural y así provocar relaciones nuevas y creativas entre la persona, el espacio y la materia. Los principios metodológicos que se aplican, son siempre los mismos y están dirigidos a activar el hemisferio cerebral derecho. Las consignas son esencialmente de estímulo y contención y tienen como meta desplegar nuevos circuitos de la creatividad individual y grupal. Las singularidades de las consignas dependen del objetivo específico del trabajo a realizar.
En la actividad docente se suma el planteo teórico-reflexivo acerca de la ciencia y el pensamiento contemporáneo y su relación con la supervivencia humana y planetaria y la descripción de los ejes y circuitos que organizan la propuesta. Como cierre se plantea una nueva ronda de reflexión sobre el acontecimiento interno sensorial que produjo la experiencia en cada participante..




Ojo al Ojo. 2006
Parque Avellaneda, Bs. As.
El arte no es inocente. Aunque el juego así lo parezca, esta acción colectiva provoca relaciones profundas con uno mismo, los otros y el entorno natural.




Encuentros Holísticos de Creatividad. 1987
Centro Cultural Recoleta, Bs. As.
Acciones participativas que facilitan el acceso a tiempos y espacios subjetivos y
singulares, donde se crean condiciones atípicas y amorosas en el desarrollo vincular.


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Reencuentro para una Nueva Era. 1990
El Bolsón, Río Negro.
Baglietto acompañada por el grupo Terapia del Canto y músicos rionegrinos realiza la ceremonia de cierre. Un agradecimiento a La Madre Tierra donde cerca de mil personas tejen una Trama Planetaria.




Espacios en el espacio.1994
Centro Cultural Recoleta, Bs. As.
El espejo deviene en magia. Los infinitos puntos de vistas se multiplican relativizando la percepción domesticada. Desde la virtualidad se comprende más allá de la razón.




La mutación de las distancias. 1991
Jardines del Planetario, Bs. As.
La percepción no es sólo visual, el cuerpo entero sintetiza nuevos vínculos grupales integrados al paisaje. La materia colabora con el proceso donde el caos se transforma en génesis.




HAGAPAZ. 1990
Plaza de las Naciones Unidas, Bs. As.
Un acontecimiento antropológico creador donde se unen tierras de todas las provincias argentinas a fin de propiciar la unidad y la paz. Organizado junto a Fundación Libre con el auspicio de 20 organizaciones gubernamentales y no gubernamentales.




Proyecto Vermelho. 1986
Operaçao Experimental. Museo de Arte Brasileira / F.A.Á.P. São Paulo, Brasil.
Instalación participativa realizada con maderas y telas donde el público juega y transforma la obra. Dentro de la propuesta del artista italiano Bruno Talpo.




Núbica, un nuevo paradigma del arte. 2005
Seminario de Posgrado, IUNA, Bs. As.
La tarea docente se centra en la exploración perceptiva provocando interacción entre la persona, el espacio y la materia (PEM). Desde la pre creatividad se crean nuevos vínculos abiertos a nuevas relaciones dimensionales.




Núbica, un nuevo paradigma del arte. 2005
Seminario de Posgrado, IUNA, Bs. As.
Exploración de tensiones. Las cualidades de los materiales se trasladan al cuerpo, creando sensaciones inéditas que alimentan la percepción y la expresión creativa.




Desarrollo de capacidades creativas. 2000
Seminario en Estación Núbica, Bs. As.
Como consecuencia del seminario realizado en 1999 en la Universidad de Santa Catarina, Brasil, un grupo de estudiantes se traslada a Bs. As. para profundizar experiencias sensoriales aplicables a la pintura.




Fundamentos del Arte Núbico. 1994
Universidad de Belgrano, Bs. As.
Se realizan múltiples seminarios en las carreras de Abogacía, Psicología, Arquitectura, Diseño Gráfico, Ciencias Económicas y Administración de Empresas, todos dentro de la cátedra Comprensión e Influencia del Arte.




Núbica, un nuevo paradigma del arte. 2006
Seminario de Posgrado, IUNA, Bs. As.
Así cómo se activa la participación PEM (persona, espacio, materia), también se explora con diferentes marcos referenciales que habilitan recortes propios de la percepción.